Los noctámbulos

Los noctámbulos

"Los noctámbulos"

AutorEdward Hopper
Título originalNighthawks
Estilo: Realismo americano
Tema: Vida en la ciudad
Tipo: Cuadro
Técnica: Óleo
Soporte: Lienzo
Año1942
Se encuentra en: Instituto de Arte de Chicago

Muestra la noche en un bar de New York y sus últimos clientes. La obra fue un icono americano para los jóvenes de la época. La imagen hace patente la soledad de la gran ciudad y de la existencia moderna.
La escena se desarrolla en el típico diner o restaurante americano con grandes ventanales y situado en esquina. Parece ser que el artista pudo inspirarse o tal vez recrear, un pequeño diner que acababan de derribar en su barrio, el Greenwich Village. En el interior del local un caballero situado de espaldas con traje y sombrero se concentra cabizbajo en su comida mientras, ya de cara al espectador una pareja se encuentra igual de absorta sin establecer ningún tipo de diálogo. La proximidad de estos dos personajes podría hacernos pensar que se conocen y sin embargo no se establece ningún diálogo ni mirada entre ellos, lo que no hace más que acentuar la soledad del grupo. Completando la escena aparece un camarero completamente vestido de blanco que se afana en sus tareas sin preocuparse siquiera de sus clientes.
En una escena cotidiana Hopper ha trasmitido la soledad de la nueva sociedadque con el paso del tiempo no ha hecho más que acentuarse; el artista plantea una feroz crítica a la que supuestamente es una de las sociedades más avanzadas del mundo. El propio artista decía que la soledad rodeada de gente es la peor soledad y así lo plasma en su lienzo.
Centrándonos en el óleo de Edward HopperNoctámbulos, podemos decir que la crítica, de forma unánime, ha in terpretado que lo que trataba de expresar o evocar Hopper era la profunda sensación de alienación de los seres humanos urbanitas.

La explicación del cuadro de Edward Hopper, Noctámbulos, en video

Durante los años 40, la sociedad, que había abandonado décadas atrás la vida rural, instalándose en grandes urbes, encuentra un nuevo modelo de comportamiento interrelacional, es lo que siguiendo al sociólogo Richard Sennet se enunciaba como “la paradoja del aislamiento en medio de la visibilidad“, algo que ha llegado hasta nuestros días, quizá de un modo aún más exacerbado.
Hopper fue ilustrador en revistas durante la década 1023-33, trabajo que le aseguró el perfeccionamiento de la técnica compositiva, encontrando en esta obra un ejemplo más que palpable.

La pareja del cuadro:

Como apuntábamos en las imágenes superiores, sobre la pareja se nos plantea una duda. Por la posición, bien pudiera parecer que se conocen y comparten ese momento, sobre todo por la perspectiva de sus manos, casi juntas, pero esa circunstancia bien puede deberse a la propia perspectiva que el autor nos quiere mostrar.

La expresión corporal:

Su expresión corporal, por otra parte, podría hacernos saber que son perfectos desconocidos. Sus rostros parecen comunicar que están sumidos en pensamientos propios. El color rojo del vestido y del cabello de la mujer ofrecen un contrapunto a la imagen, llamando nuestra atención desde un primer momento.

El camarero:

El camarero, que ofrece acción al cuadro, con su posición encorvada y que parece que en cualquier momento se va a levantar, es un mero espectador de la imagen, también ajeno a los pensamientos o comportamientos de sus clientes. Justo detrás de él, vemos dos recipientes metálicos.
Algunos críticos le han dado tanta importancia a dichos recipientes, por la luminosidad y brillo, que se habla de que son dos personajes más del cuadro que, además, hacen de contrapunto a la pareja, en realidad, los verdaderos protagonistas de la acción.

El misterioso tercer cliente:

El tercer cliente de Noctámbulos, el que a primera vista pasa más desapercibido, en realidad es un personaje imprescindible. El hecho de que se sitúe de espaldas le confiere un aire más enigmático, sumido entre luces y sobras y también amparado bajo el sombrero. Se habla de que esta figura ofrece sensación de autocontención e impenetrabilidad al óleo.

La incógnita de la puerta. ¿Dónde está?

Pero además, si nos fijamos, en la cafetería no es visible la puerta de entrada al local, algo que confiere una sensación mayor de aislamiento, como si los personajes de algún modo estuvieran encerrados. La luminosidad de la luz interior de la cafetería contrasta notablemente con la oscuridad que reina fuera del establecimiento.
En este sentido, Hopper logra establecer, técnicamente, la diferencia de luces y sombras que tanto nos recuerdan a la fotograría del cine negro norteamericano de la época. Si nos fijamos, en la tienda situada frente a la cafetería solo podemos ver una máquina registradora. El resto son juegos de luces claras y oscuridad silenciosa.  

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